martes, 22 de octubre de 2013

Sin cambios No hay crecimiento.



Haz sentido que ya no pasa nada en tu vida; ya sea en el ámbito personal, familiar, laboral o ministerial. Que entraste en un conformismo y prefieres la tranquilidad que tomar nuevos riesgos. Negarse a los cambios es negarse a crecer, en la mayoría de los casos es por miedo a lo desconocido, pero sin ellos será imposible experimentar crecimiento. Arriésgate a cambiar antes de que tengas que hacerlo en circunstancias desesperadas con el riesgo de equivocarte. Cuando tú decides cambiar sin la necesidad de tener que hacerlo estas preparándote para una nueva vida de abundancia, pasión y satisfacción. Ninguna de estas cosas sucede por un acto de suerte. Job empezó a vivir una vida rutinaria agradecida, pero rutinaria ofrecía sacrificios, intercedía por sus hijos. Dice la palabra que de ese modo lo hacia siempre pero nada más pues lo tenía todo, es hasta que vienen cambios fuertes a su vida que conoce verdaderamente al Dios que tenía. Sabía que nada estaba fuera de su control pues en Job 1:22 nos dice: En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. Romanos 8:28 (DHH) Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo a su propósito. Luego de todo ese tiempo de cambios, viene la recompensa y no hablo de la retribución económica sino de lo que dice en Job 42:5 De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Eres un hijo de Dios y los hijos de Dios tiene que vivir con la certeza, que cuando sucede algo es por un propósito mayor
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