viernes, 30 de agosto de 2013

PARECIDO PERO NO IGUAL


    No es lo mismo creer en Dios,  que creerle a Dios.   A lo largo de mi vida como cristiana he visto  llegar a hombres y mujeres a las iglesias, buscando una salida a sus múltiples problemas y necesidades; y cuando escuchan que Cristo  murió por tus pecados y Él tiene cuidado de ti, como lo tiene de las aves, lo aceptan como su salvador, pero lejos de tenerlo como su Señor  y Salvador lo tienen como un amuleto que les resolverá la vida y es allí cuando al cabo de un tiempo abandonan el camino, regresan a su vida anterior y cuando les preguntas te dicen es que empecé a ir y en lugar de encontrar un mejor trabajo perdí el que tenia , o fui en busca de sanidad y no la hallé, o tal vez el tan ansiado cambio de su esposo.  Y resulta que no sucedió nada que en lugar de encontrar la olla de tesoro al final del arco iris, se encontraron con una serie de calamidades.
Creen en Dios, y  saber que existe, que tiene poder para hacer todas y cada una de las cosas que están registradas en la biblia. No es igual que creerle a Él a lo largo de la biblia encontramos historias  de hombre y mujer que recibieron o hicieron cosas asombrosas. Fueron hombres y mujeres que estuvieron dispuestos a pagar el precio de seguirle de creerle a ÉL.  A ninguno de ellos se le dio nada, por lo cual no se esforzaron como dice Josué 1:9 mira que te mando, que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes.  Si nuestro Padre no estuviera  consiente que no es fácil, esperar en Él para que le dio esa recomendación a Josué.  


Esfuerzo casi hasta el punto de desmayar de cansancio
Valentía al máximo porque será probada, una y otra vez hasta comprobar que no hay ningún rastro de temor en su corazón.
Ahora regresemos a la frase del principio creer en Dios, si creo en el pero a mí no me escucha.
Creerle a Dios, que Él hará todo lo que me ha prometido,  Isa 7:9b. Si no creyeres no permaneceréis, para permanecer tienes que creer, por ende si no permaneces es porque no crees. Digamos como el padre de aquel muchacho  Mc 9:24. Creo, ayuda a mi incredulidad, no sea que te pase como en Mt. 13:58 Y no hizo allí muchos milagros a causa de la incredulidad de ellos.
Solo cuando estás dispuesto a permanecer pase lo que pase a dar tu máximo esfuerzo a vencer tus temores y dudas a superar tu incredulidad, y ha esperar en Él; la multigracia de Dios será derramada en tu vida. No importa cuando tarde, tu final será de victoria porque en Cristo somos más que vencedores.  

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