sábado, 13 de julio de 2013

Qué puedes decir de ti mismo?





¿Qué respondes cuando alguien te pregunta quién eres? ¿Con qué palabras te describes? ¿Qué puedes decir de ti misma?
Eres solo un nombre y apellido o una profesión.
¿Pero quiénes somos realmente? ¿Quiénes somos más allá de nuestros nombres propios y de las tareas que nos ocupan? ¿Quiénes somos en esencia? Si debiéramos definirnos en función de la razón de nuestra existencia, ¿quién diríamos que somos?
¿Qué respondes hoy tú a esta pregunta? ¿Qué puedes decir de ti mismo? ¿Puedes definirte en función de aquello que Dios pensó desde el principio para ti? Y si logras saber quién eres, ¿resuena tu voz fuerte en el desierto?
Este es el testimonio de Juan, cuando las autoridades judías enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle a Juan quién era él.
Le dijeron: -¿Quién eres, pues? Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué nos puedes decir de ti mismo? Juan les contestó: -Yo soy una voz que grita en el desierto: 'Abran un camino derecho para el Señor'…” (Juan 1:19 y 1:22-23)
¿Qué respondes hoy tú a esta pregunta? ¿Qué puedes decir de ti mismo? ¿Puedes definirte en función de aquello que Dios pensó desde el principio para ti? Y si logras saber quién eres, ¿resuena tu voz fuerte en el desierto?



1 Pedro 2:9

Dios Habla Hoy (DHH)
 Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.

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